Por Cristian Sánchez, director de la carrera de Ingeniería Civil en Minas de la U.Central Región de
Coquimbo.

Ya son 39 años desde que se conmemora el Día Nacional de la Minería durante el 10 de agosto en
nuestro país, para destacar a más de un millón de trabajadoras y trabajadores que se desempeñan
en una industria que ha marcado el desarrollo de Chile desde la época precolombina hasta la
actualidad, impulsando el crecimiento económico y contribuyendo al desarrollo de muchas
localidades.

Según cifras del Consejo Minero, nuestra participación mundial es de un 24% en producción de
cobre, 18% en molibdeno, 4% en plata, 1% en oro y 0,7% en hierro, que son transcendentales para
que otros sectores como la construcción, la industria automotriz y la tecnológica, entre otras que
puedan existir.

Por otro lado, la demanda por minerales como el cobre, litio y el cobalto crecerá de cara al año
2050 debido al mayor uso de energías limpias, tanto para la producción como para el
almacenamiento de energía. Este escenario nos ofrece una nueva oportunidad de fortalecer
nuestra industria, y a la vez nos hace enfrentar riesgos históricos debido a la gran dependencia: los
ingresos por exportaciones +-mineras de nuestro país sobrepasan el 50%.

ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) indica que en países en vías de desarrollo como el nuestro
esta dependencia obstaculiza el desarrollo económico y perpetúa las desigualdades y
vulnerabilidades, por lo que debe enfrentarse como un problema país de cara a la confección de
un Plan de Desarrollo Económico a largo plazo, independiente del color político del gobierno de
turno, sostenida por una estrategia unificadora, que permita pasar desde el “qué hacer” al “cómo
lograrlo”.

Quedan muchos esfuerzos para seguir potenciando esta industria, como la atracción de inversión
a la industrialización y exploración, el potenciamiento del tridente Empresa-Gobierno -Academia,
la aceleración de la industria del litio, creación de nuevas cadenas de valor regionales, la
agilización de permisos, la reconversión energética para lograr la carbono neutralidad al año 2050,
y la modernización de procesos e infraestructura crítica, que potenciarán y diversificarán la
industria, crearán nuevas oportunidades sostenibles y la proyectarán con cimientos sólidos. Les
envío un cariñoso saludo a todos los mineros y mineras de nuestro país.