En una nueva conmemoración del día de la mujer en el mundo, nos encontramos con las antiguas luchas del pasado, mejora en las condiciones laborales y también la necesidad de una participación social y política más amplia para las mujeres, tal como lo demandaron las obreras aquel 8 de marzo de 1908 en Nueva York.
Nuestra misión como Secretaría Regional Ministerial de Minería de Antofagasta, ha sido poner énfasis en la incorporación de las mujeres en la industria y la transversalización de género en nuestra gestión, siguiendo los lineamientos que ha otorgado el presidente Boric.
Es así como hemos avanzado en la instalación de la Mesa de Mujer y Minería en la región, y ya presentamos el resultado de un primer diagnóstico exploratorio entre las empresas y trabajadoras que participan para construir las prioridades de nuestra agenda de las mujeres y la minería de Antofagasta, estableciendo lineamientos orientados no sólo a incrementar el número de trabajadoras, sino también en la calidad de las fuentes de empleo a las éstas accedan.
La situación no es simple. La minería es un rubro masculinizado. Las faenas mineras no se encuentran adaptadas para la incorporación masiva de mujeres, así como también la propia cultura de los trabajadores dista mucho de lo que podríamos llamar de ambientes favorables al género. Sin embargo, la voluntad de las empresas ha demostrado lo contrario. La activa participación de ellas nos ha permitido establecer una robusta agenda de trabajo basada en dos acciones concretas: la concientización y sensibilización de las temáticas de género en la industria minera, y la inserción laboral y calidad del trabajo al que accederán las mujeres.
Cada una de estas líneas de acción cuenta con una serie de objetivos y tareas asociadas, entre las que se cuenta promover la vocación de las mujeres y niñas en las áreas de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM en inglés), la certificación en igualdad de género de las empresas, la generación de protocolos de acoso sexual y laboral, así como también estrategias para incrementar el número de mujeres en la minería, la prevención de riesgos con enfoque de género y la adaptación de la infraestructura para las mujeres, desde espacios de seguridad, hasta el acomodo de los servicios básicos como la vestimenta y los vestidores.
Es de esperar que estas acciones nos permitan penetrar en una de las industrias más difíciles de transformar en una actividad más “amistosa” para las mujeres. Pero la inclusión de mujeres en la minería no es antojadiza. Reconocidos estudios a nivel mundial afirman que mientras más diversidad exista en las empresas, se gana en competitividad; y dado el contexto mundial, el incremento en los precios de los commodities, Chile requiere incrementar no solo la cantidad sino la calidad de su producción minera para contribuir al crecimiento del país y hacer frente a los embates de la amenaza de recesión económica mundial.