Sabido es del efecto negativo que trajo consigo la pandemia del Covid-19 y no solo generando una crisis sanitaria, sino también una crisis económica que afectó principalmente a las mujeres de nuestro país.
Lamentablemente, esta pandemia tiene rostro de mujer y eso se refleja en 3 dimensiones. Pobreza, Violencia y Corresponsabilidad. Muchas mujeres han visto durante esta pandemia, profundizados sus problemas que ya tenían antes de la llegada del COVID.
En el ámbito laboral, tenemos un retroceso de ocupación femenina en estos meses de pandemia, el cual se estima en 10 años de avance en esta materia. Es decir, en enero de este año alcanzamos el pick de 53,3% de participación femenina en el mercado laboral y en lo que va de esta pandemia bajamos al 40%, mucho menos que hace una década atrás.
De hecho, actualmente la región tiene una tasa de desocupación de un 13%, en donde hay alrededor de 24 mil hombres desocupados, y 15 mil setecientas diecinueve mujeres que se encuentra desempleadas.
Esta reactivación económica necesita de las mujeres para que como región y como país, nos volvamos a levantar post pandemia. Es por esto que el Gobierno del Presidente Piñera ha puesto real atención en buscar soluciones con enfoque de Género.
Ejemplo de lo anterior es la Feria Laboral “Hay Oportunidades” que realiza Sence, la cual ha puesto foco en la incorporación de oportunidades para las mujeres de la Región de Antofagasta.
Cerca de 500 mujeres de la zona ingresarán al mercado laboral, mejorando su economía familiar, disminuyendo la línea de la pobreza y entregando sus habilidades para un mejor y mayor desarrollo de las empresas y por ende, de la Región y del país.
Las mujeres somos el 53% de la población, sin sus talentos y presencia es imposible dar el salto al desarrollo que necesitamos como país. El mismo Banco Mundial reveló recientemente que si las mujeres participaran en el mercado del trabajo chileno en la misma proporción que los hombres, significaría un aumento del 20% en el ingreso o PIB per cápita.
Como podemos ver, es relevante el rol de las mujeres en esta nueva etapa, y para eso es esencial que se genere un cambio social profundo, internalizando, por ejemplo, el termino de “corresponsabilidad” el que no solo mejoraría la dinámica familiar, sino que además la de toda una nación.
Como Ministerio tenemos que ser capaces de impulsar con urgencia todos aquellos cambios que permitan avanzar en la protección y el respeto hacia las mujeres; esa es nuestra misión, y no descansaremos en ello.