Más de 250.000 vehículos eléctricos se vendieron a la semana a nivel global
durante 2023, más que el total vendido en un año hace apenas una década. Así, a medida
que avanza la electromovilidad y las personas se aventuran cada vez más en adquirir uno,
también aumenta la demanda por sus baterías. Según el último estudio de Bain &
Company, a 2023, se espera que el crecimiento previsto de este segmento impulse las
ventas mundiales de baterías a más de cuatro veces el nivel actual.
Esta realidad no está alejada del contexto nacional, ya que según datos reportados por la
Asociación Nacional Automotriz en Chile (ANAC), durante el primer semestre del 2024 se
registró un aumento de 106% en las ventas de autos de cero y bajas emisiones versus
2023, y durante el mes de junio se vendieron cerca de 2.000 vehículos nuevos.
Para Marcial Rapela, socio de Bain & Company Chile, a nivel local la tendencia se
mantiene. “En Chile cada vez estamos más acostumbrados a ver alternativas eléctricas en
las calles, tanto para el transporte público como privado, y hoy se posicionan como una
opción real para el uso cotidiano. Sin embargo, esta alza en el interés del público pone
presión en los fabricantes y exportadores para facilitar cada vez más el acceso a esta
tecnología y aumentar exponencialmente el ritmo de producción con mejores resultados”.
Los fabricantes se han dado cuenta que, para mantener los niveles de crecimiento,
necesitan diversificar las ventas, desde los primeros usuarios del segmento premium hasta
los consumidores del mercado masivo que se preocupan por el precio. Por otra parte, las
baterías son uno de los componentes con mayor costo e influyen directamente en el
rendimiento en las calles, por lo que los fabricantes se están enfrentando a la encrucijada
de elegir entre diferentes tipos e incluso evaluar el desarrollo de baterías internamente o
mediante la colaboración con otras empresas.
Para Rapela, “los líderes están adoptando nuevas estrategias para incorporar más
flexibilidad y al mismo tiempo gestionar múltiples partes móviles que no se adaptan a la
planificación lineal”. Respecto a las proyecciones del mercado a 2030, el ejecutivo señala
que estarán marcadas por 5 tendencias.
1. Las baterías de iones de litio seguirán siendo dominantes en el futuro previsible. Las
tecnologías emergentes, como las de estado sólido y las de iones de sodio de alta
densidad, todavía se encuentran en las etapas de prototipo y fabricación piloto, y se
prevé que su participación de mercado se mantenga en un rango de un solo dígito
hasta 2030.
2. Las composiciones químicas de fosfato de hierro y litio (LFP) y níquel, manganeso y
cobalto (NMC) representan en conjunto más del 90 % de las ventas de baterías de
iones de litio para vehículos eléctricos y seguirán liderando.
3. La tecnología de iones de litio seguirá disminuyendo de coste y aumentando su
rendimiento.
4. El estado sólido y el ion sodio serán las únicas tecnologías emergentes
comercializadas en 2030.
5. Se espera que el reciclaje de baterías de vehículos eléctricos crezca
significativamente, impulsado por la expansión de los volúmenes de materia prima.
Finalmente, el ejecutivo explica que, en los próximos años, diversos factores seguirán
afectando a la estrategia de las baterías, por lo que los líderes deberán evaluar qué
supuestos pueden hacer con seguridad ahora y qué decisiones deben mantener abiertas.
“A ello se suma que muchos elementos de los vehículos eléctricos, desde la conducción
autónoma hasta la mayor conectividad de los pasajeros, pueden llegar a ser más
importantes para los clientes que las baterías del vehículo, lo que a su vez determinará la
inversión de los fabricantes de equipos originales”, concluye Rapela.