Si preguntamos a un experto chileno del norte grande sobre la energía, en la mayoría de los casos nos hablará de la solar fotovoltaica. Si le preguntamos a un saudí, pensará en petróleo, un qatarí en gas, un chino en carbón, un islandés nos hablará sobre el calor de los volcanes (geotermia), un danés seguramente lo hará de los molinos eólicos, un peruano tratará de presas hidráulicas y un brasileño de biodiesel.

  • ¿cuál de estos seis expertos tiene razón? Todos y Ninguno.

Cuando he tratado de energía para la minería en mis conferencias y talleres de Chile, Perú, Canadá, Sudáfrica, España, Australia, Colombia, UK o China me ha llevado a la memoria el cuento de seis sabios y el elefante de Karen Backestein. Los ciegos y el elefante es una parábola originaria de la India. Ilustra la incapacidad del ser humano para conocer la totalidad de la realidad. Y nos puede servir para observar el comportamiento de los expertos, y no tan expertos, en campos donde hay un déficit o falta de acceso a la información, la necesidad de comunicación, y el respeto por perspectivas diferentes. Veamos un resumen del cuento:

“Hace más de mil años, en el Valle del Río Brahmanputra, vivían seis hombres ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era de todos el más sabio.

Para demostrar su sabiduría, los sabios explicaban las historias más fantásticas que se les ocurrían y luego decidían de entre ellos quién era el más imaginativo.

¿Cuál era la verdadera forma de un nuevo animal que se les presentaba, el elefante?

El primero de todos, toco el costado del animal y -exclamó- yo os digo que el elefante es exactamente como una pared de barro secada al sol. El segundo de los ciegos, que avanzó con más precaución tocó los colmillos del elefante. -¡Oh, hermanos míos! ¡Yo os digo que la forma de este animal es exactamente como la de una lanza…sin duda, ésta es! – El tercer ciego empezó a acercarse al elefante y le envolvió la cintura con su trompa. -Escuchad queridos hermanos, este elefante es más bien como una larga serpiente. El cuarto sabio prendió la cola . -¡Ya lo tengo! – es igual a una vieja cuerda. El quinto de los sabios tomó la oreja del animal y dándose la vuelta, gritó a los demás: -Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano.

El sexto sabio ciego agarró con fuerza su gruesa pata. -¡Hermanos! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera.

Seguramente todos los sabios tenían parte de razón, ya que de algún modo todas las formas que habían experimentado eran ciertas, pero sin duda todos a su vez estaban equivocados respecto a la imagen real del elefante.

Para discutir, cada uno se aferra a su punto de vista. Y en muchas ocasiones cuando las personas, expertos o no, hablan de la energía, solo ven un lado de las cosas.

La demostración de la existencia de la energía aparece en tres formas: Combustibles, Calor y Electricidad. Pero ninguna de las tres tiene el “monopolio” de la energía porque

la energía nunca se crea ni se destruye, se transforma. Veamos algunos ejemplos:

  • Cuando activamos el termo eléctrico para ducharnos: La electricidad se transforma en calor, y nuestro frigorífico en frío.
  • Cerro Dominador transformará la energía solar en calor y en electricidad
  • Las máquinas de vapor que nacieron en la minería británica y luego pasaron al ferrocarril, transformaban el combustible (carbón) en calor en combustible, los coches lo hacen desde el petróleo o el gas.
  • El vapor de los primeros trenes transformaba el carbón en calor y éste en combustible.
  • Los equipos diésel transforman el combustible en electricidad.
  • Los vehículos eléctricos transforman la electricidad en combustible

En el siglo XX descubrimos qué es la energía, todo gracias a un judío exiliado en los USA, premio Nobel por descubrir el efecto fotoeléctrico (no por la teoría de la Relatividad como muchos creen), nos abrió los ojos y nos descubrió la más maravillosa poesía expresada en una fórmula que el hombre jamás ha escrito. Albert Einstein afirmó que la Energía es la masa multiplicada por la velocidad de la luz al cuadrado (e = m x c2).

La moraleja de este “cuento” reside en que debemos ser más concretos a la hora de hablar de energía y no confundir energía sólo con electricidad, sólo con combustible o sólo con calor. Lo es todo … y es masa. Y para ello les reservo una pregunta que les ayudará a descubrir la magia de la Energía y que explicaré en el próximo artículo titulado: El Precio y El Valor de la Energía

Y aquí va la pregunta:

¿Qué vale más la energía de un kilo de carbón o la de un kilo de plata? ¿Por qué?